Cómo y cuándo bañar a un recién nacido

Siempre da un poco de nervios bañar a un bebé recién nacido por primera vez. El miedo a que se resbale, se de algún golpe o se rasguñe es completamente natural. Por eso, a la mayoría de padres primerizos les intimida el momento del baño, pero te alegrará saber que todo es cuestión de práctica.

En cuanto cojas el hábito de bañar a tu bebé, te sentirás más seguro y podrás disfrutar del momento de conexión como toca. Piensa que son unos años preciosos que pasarán más rápido de lo que crees.

La forma correcta de sostener a tu bebe en su baño

¿Cuándo bañar a un recién nacido?

Al contrario de lo que muchas personas creen, no es necesario bañar a un recién nacido en cuanto llega a casa, sino que es recomendable esperar. Generalmente, en el hospital tras nacer se le lavará ligeramente, pero realizar una inmersión como tal no es todavía necesario. Incluso aunque te parezca que el bebé está sucio, quizá todavía tenga restos del líquido amniótico, pero este ayuda al mantenimiento térmico de la piel. 

Lo más recomendable es bañar a un recién nacido dos o tres días después de que se le caiga el cordón umbilical, que suele ser a los siete días de haber nacido.

Higiene y aseo del recién nacido

Cómo bañar a un recién nacido

Para bañar a un recién nacido y durante los primeros meses de vida, es recomendable utilizar una bañera para bebés pequeña, de modo que pueda permanecer lo más inmóvil posible. Una vez que aprenda a mantenerse erguido, puedes elegir una bañera más grande.

Pasos para bañar a un recién nacido

  1. Prepara la toalla y todo el material necesario antes de comenzar el baño, para evitar tardar más tiempo y que el bebé pueda coger frío.
  2. Llena la base de la bañera, de forma que no cubra totalmente el cuerpo del bebé. La altura dependerá del tipo de bañera, pero generalmente serán unos 5 centímetros. El agua debe estar tibia, a unos 37 grados aproximadamente.
  3. Al meter la mano, sujeta la cabeza del bebé con una mano y con la otra mete en el agua sus pies. Poco a poco, cuando veas que se acostumbra al tacto con el agua, puedes introducir el resto del cuerpo.
  4. Lava con agua limpia. Puedes utilizar un jabón suave indicado para recién nacidos y una esponja. Si todavía no tienes, en La Tienda de Mamá tenemos disponibles muchos productos de cosmética para bebés.
  5. Para acabar, enjuaga suavemente y lava su cabeza evitando que el producto entre en contacto con los ojos.

Básicamente, bañar a un recién nacido es un proceso delicado en el que debes poner sumo cuidado y atención. Además de sujetarlo con firmeza, es importante no distraerte y no dejarlo solo, por precaución. Pero, si sigues todos estos consejos, no tiene por qué salir nada mal. Recuerda que al final lo más importante es crear lazos con tu recién nacido y debes ser capaz de disfrutar del momento.

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